8 Porque el Hijo del hombre es Señor del sábado.
9 Jesús siguió su camino y entró en una sinagoga.
10 Había allí un hombre que tenía una mano atrofiada, y los que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús le preguntaron:— ¿Está permitido curar en sábado?
11 Jesús les contestó:— ¿Quién de ustedes, si tiene una sola oveja y se le cae a un pozo en sábado, no irá a sacarla?
12 Pues una persona vale mucho más que una oveja. ¡De modo que está permitido en sábado hacer el bien!
13 Entonces dijo al enfermo:— Extiende tu mano.Él la extendió y recuperó el movimiento, como la otra.
14 Los fariseos, por su parte, se reunieron, al salir, y se confabularon para matar a Jesús.