15 Realmente no acabo de entender lo que me pasa ya que no hago lo que de veras deseo, sino lo que detesto.
16 Pero si hago lo que detesto, estoy reconociendo que la ley es buena
17 y que no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí,
18 pues soy consciente de que, en lo que respecta a mis desordenados apetitos, no es el bien lo que prevalece en mí; y es que, estando a mi alcance querer lo bueno, me resulta imposible realizarlo.
19 Quisiera hacer el bien que deseo y, sin embargo, hago el mal que detesto.
20 Ahora bien, si hago lo que detesto, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que se ha apoderado de mí.
21 En resumidas cuentas, constato la existencia de esta regla: que deseo hacer el bien, pero es el mal lo que me domina