21 Dios no permitió que nadie los oprimiera, sino que les advirtió a los reyes:
22 «No toquen a mis elegidos, ni les hagan daño a mis profetas».
23 Que todo el mundo cante al SEÑOR. Cuenten día tras día cómo él nos da la victoria.
24 Cuenten entre las naciones acerca de su gloria; cuéntenles a todos los pueblos las maravillas de Dios.
25 El SEÑOR es grande y digno de alabanza; es más temible que todos los dioses.
26 Los dioses de otras naciones no son sino ídolos; en cambio, el SEÑOR hizo el cielo.
27 Hay esplendor y majestad ante su presencia; poder y alegría en su templo santo.