32 Que griten de alegría el mar y todo lo que hay en él; que estén felices los campos y todo lo que crece en ellos.
33 Que los árboles del bosque canten de alegría ante el SEÑOR, porque él viene a gobernar el mundo.
34 Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su fiel amor durará por siempre.
35 Pidámosle: «Sálvanos, Dios nuestro, reúnenos y sálvanos de entre las naciones para agradecer a tu santo nombre y alabarte con orgullo».
36 Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que siempre ha vivido y siempre vivirá. Entonces todo el pueblo dijo: «Así sea», y alabaron al SEÑOR.
37 David dejó a Asaf y sus parientes encargados del cofre del pacto del SEÑOR. También los dejó encargados de hacer los servicios necesarios cada día,
38 junto con Obed Edom y sus sesenta y ocho parientes. Obed Edom hijo de Jedutún y Josá eran los porteros.