35 Pidámosle: «Sálvanos, Dios nuestro, reúnenos y sálvanos de entre las naciones para agradecer a tu santo nombre y alabarte con orgullo».
36 Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que siempre ha vivido y siempre vivirá. Entonces todo el pueblo dijo: «Así sea», y alabaron al SEÑOR.
37 David dejó a Asaf y sus parientes encargados del cofre del pacto del SEÑOR. También los dejó encargados de hacer los servicios necesarios cada día,
38 junto con Obed Edom y sus sesenta y ocho parientes. Obed Edom hijo de Jedutún y Josá eran los porteros.
39 A Sadoc el sacerdote y a sus compañeros los dejó ante la carpa del SEÑOR que está ubicada en el santuario sobre Gabaón
40 para que permanentemente ofrecieran al SEÑOR sacrificios que deben quemarse completamente en el altar. Lo hacían por la mañana y por la tarde, tal como está escrito en los mandamientos que el SEÑOR le dio a Israel.
41 También dejó con ello a Hemán, Jedutún y todos los demás elegidos y designados por nombre para dar gracias al SEÑOR cantando: «Porque su fiel amor es para siempre».