21 Cuando ganaron la batalla se quedaron con cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil burros. Además tomaron más de cien mil prisioneros.
22 Muchos agarenos murieron en la batalla porque Dios ya había decidido el resultado. Las victoriosas dos tribus y media habitaron en la tierra de los agarenos hasta el tiempo del exilio.
23 La media tribu de Manasés era muy numerosa y vivía en el territorio que se extiende de Basán hasta Baal Hermón, Senir y Hermón.
24 Las familias de Manasés tenían varios líderes que eran muy famosos y valientes. Ellos eran Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Yadiel.
25 Pero se rebelaron contra el Dios de sus antepasados, pues se dedicaron a adorar a otros dioses, los de la gente de la región, los cuales Dios mismo les había ayudado a destruir.
26 Así que el Dios de Israel despertó la furia del rey Pul de Asiria, que es el rey Tiglat Piléser, y le ayudó a expulsar a los rubenitas, los gaditas y a la media tribu de Manasés. Se los llevaron a Jalaj, Jabor, Hará y a la región del río Gozán, donde hoy todavía están viviendo.