21 Entonces Elías se tendió tres veces sobre el niño suplicando al SEÑOR en voz alta: «SEÑOR mi Dios, permite que este niño viva de nuevo».
22 El SEÑOR respondió a la oración de Elías y el niño comenzó a respirar de nuevo. ¡Estaba vivo!
23 Elías lo levantó y lo bajó del cuarto a la casa de la mujer y se lo entregó. Le dijo: —Mira, tu hijo está vivo.
24 La mujer contestó: —Ahora sé que de verdad eres un hombre de Dios y sé que el SEÑOR verdaderamente habla por medio de ti.