31 Entonces el rey le dio esta orden a Benaías: —¡Haz lo que él dice! Mátalo ahí y después sepúltalo. De esta manera librarás a mi familia de la culpa que causó por haber matado a gente inocente.
32 Joab mató a dos hombres más justos y mejores que él: Abner hijo de Ner y Amasá hijo de Jéter. Abner fue el comandante del ejército de Israel y Amasá fue el comandante del ejército de Judá. En su momento mi papá David no supo que Joab los había matado. Por eso el SEÑOR castigará a Joab por los hombres que mató.
33 De esta manera la culpa de su muerte caerá sobre Joab y su familia para siempre, pero el SEÑOR traerá la paz para David, sus descendientes, su familia y su dinastía para siempre.
34 Así que Benaías hijo de Joyadá mató a Joab; quien fue sepultado cerca de su casa en el desierto.
35 Entonces Salomón nombró comandante del ejército a Benaías hijo de Joyadá, en lugar de Joab. También Salomón nombró sacerdote a Sadoc, en lugar de Abiatar.
36 Entonces el rey mandó buscar a Simí y le dijo: —Construye una casa aquí en Jerusalén, vive en ella y no salgas de la ciudad.
37 Pero ten la seguridad de que el día en que tú salgas de Jerusalén, más allá del valle Cedrón, morirás, y la culpa será tuya.