5 »A mi papá David, el SEÑOR le prometió que el hijo que fuera rey después de él construiría un templo en su honor. Así que ahora estoy planeando construir ese templo en honor al SEÑOR mi Dios.
6 Entonces manda a tus hombres al Líbano a que corten árboles para mí. Mis siervos trabajarán con los tuyos y les pagaré el precio que tú decidas. Pero necesito tu ayuda, pues los carpinteros sidonios son mejores que los carpinteros israelitas».
7 Cuando Hiram oyó lo que Salomón pedía, se puso muy contento y dijo: «Le agradezco al SEÑOR hoy por darle a David un hijo sabio para gobernar esta gran nación».
8 Entonces Hiram le mandó un mensaje a Salomón que decía: «Acepto lo que has pedido. Te daré todo el cedro y pino que deseas.
9 Mis siervos bajarán con la madera desde el Líbano hasta el mar y yo la ataré en forma de balsas en el mar y la mandaré al lugar que tú indiques para que las mande desatar. Tú cumple mi deseo de tener provisiones en mi palacio».
10 Así que Hiram le dio a Salomón todo el cedro y el pino que deseaba.
11 Salomón le pagó a Hiram con cinco millones de kilos de trigo y cerca de nueve millones de litros de aceite de oliva puro cada año para su familia.