8 Entonces este templo se convertirá en un montón de ruinas; todo el que pase quedará impresionado y dirá burlonamente: “¿Por qué le hizo el SEÑOR esto tan horrible a este país y a este templo?”
9 Se le contestará: “Sucedió así porque ellos abandonaron al SEÑOR su Dios que sacó a sus antepasados de Egipto y se aferraron a otros dioses, los adoraron y sirvieron. Por eso el SEÑOR hizo que les ocurriera este desastre”».
10 Le llevó veinte años a Salomón construir el templo del SEÑOR y el palacio del rey.
11 Y después de veinte años el rey Salomón le dio veinte aldeas de Galilea a Hiram, rey de Tiro. Salomón le dio al rey Hiram estas aldeas porque Hiram le ayudó a construir el templo y el palacio. Hiram le dio a Salomón todo el cedro, pino y oro que él quería.
12 Hiram viajó desde Tiro a ver las aldeas que Salomón le había dado, pero cuando las vio, no le gustaron para nada,
13 y dijo: «¿Qué son estas aldeas que me diste, mi hermano?» Él llamó a ese territorio Cabul, y hasta el día de hoy esa región se llama así.
14 Hiram le había mandado al rey Salomón tres mil novecientos sesenta kilos de oro para la construcción del templo.