2 y lo puso sobre aviso: —Ten cuidado. Saúl está buscando una oportunidad para matarte. Vete mañana al campo y escóndete.
3 Yo saldré con mi papá al campo donde tú estés y le hablaré de ti. Cuando me entere de lo que pasa, te lo haré saber.
4 Jonatán habló con Saúl, su papá, y le dijo en favor de David: —Tú eres el rey y David es tu siervo, él no te ha hecho nada malo. No le hagas nada. Siempre ha sido bueno contigo.
5 Hasta arriesgó su vida cuando mató a Goliat. Tú viste cuando el SEÑOR le dio esa gran victoria a todo Israel, y estuviste muy contento. ¿Por qué ahora quieres matar a David? Él es inocente, no hay razón para matarlo.
6 Saúl escuchó a Jonatán e hizo una promesa: —Tan cierto como que el SEÑOR vive, David no morirá.
7 Entonces Jonatán llamó a David y le dijo todo lo que habían hablado. Después lo llevó de nuevo ante Saúl para que estuviera a su servicio como antes.
8 La guerra empezó de nuevo. David salió a pelear contra los filisteos, y los derrotó tan violentamente que ellos salieron huyendo.