18 También enviaron figuras de oro con forma de ratones. La cantidad de estos ratones de oro era la misma que los pueblos que pertenecían a los cinco gobernantes filisteos. Cada pueblo tenía murallas y aldeas alrededor. La gente de Bet Semes puso el cofre del SEÑOR sobre la piedra, la cual todavía se encuentra en la parcela de Josué de Bet Semes.
19 Cuando la gente de Bet Semes vio que volvía el cofre del pacto del SEÑOR, comenzó a festejar. Pero no había ningún sacerdote ahí para estar a cargo de la celebración. El resultado fue que Dios mató a setenta hombres de Bet Semes. La gente del pueblo sintió mucha tristeza y lloró porque el SEÑOR los castigó de manera tan dura.
20 Dijeron: «¿Dónde hay un sacerdote que pueda cuidar este cofre? ¿No se lo podría llevar a otra parte?»
21 Pero en Quiriat Yearín había un sacerdote, así que el pueblo de Bet Semes envió este mensaje a la gente de esa ciudad: «Los filisteos han devuelto el cofre del SEÑOR; vengan a llevárselo».