1 Josafat, rey de Judá, volvió a su casa en Jerusalén sano y salvo,
2 pero el vidente Jehú hijo de Jananí le dijo al rey Josafat: «¿Por qué ayudas al perverso y haces amistad con los enemigos del SEÑOR? Debido a eso el SEÑOR está enojado contigo.
3 Sin embargo, tienes a tu favor que quitaste los postes de Aserá del país y tomaste la decisión de seguir a Dios de todo corazón».
4 Aunque Josafat vivía en Jerusalén, salía a visitar a su pueblo, desde Berseba hasta la región montañosa de Efraín, para hacerlos volver al SEÑOR, Dios de sus antepasados.
5 Josafat entonces estableció jueces en cada una de las ciudades fortificadas de Judá.
6 Él les dijo a los jueces: «Fíjense en lo que hacen. No están ejerciendo su cargo en nombre de seres humanos, sino en nombre del SEÑOR, quien estará con ustedes cuando dicten sentencia.
7 Así que tengan respeto al SEÑOR y obren con mucho cuidado, porque el SEÑOR nuestro Dios no permite injusticias, favoritismos ni sobornos».