18 Entonces el sacerdote Joyadá puso personal a cargo del mantenimiento del templo del SEÑOR. Estaban bajo las órdenes de los sacerdotes y de los levitas que David había organizado para servir por turnos en el templo del SEÑOR. Ofrecían los sacrificios que deben quemarse completamente al SEÑOR, tal como está escrito en la ley de Moisés. Lo hacían con mucha alegría y cantando, tal como mandó David.
19 Joyadá también designó a los porteros del templo del SEÑOR para que nadie que estuviera impuro entrara en él.
20 El sacerdote condujo al pueblo desde el templo del SEÑOR hasta la residencia del rey a través de la puerta superior. Los capitanes, los nobles y los capitanes del pueblo iban junto al rey, y el resto de la gente los seguía. Allí hicieron sentar al rey Joás en el trono.
21 Todo el pueblo estuvo contento y la ciudad quedó en paz después de que Atalía fue ejecutada a espada.