21 Acaz le entregó al rey de Asiria todo lo que había en el templo del SEÑOR, el palacio y en las casas de sus comandantes, pero ese rey no le ayudó en nada.
22 Y aunque estaba en tan mala situación, Acaz continuó siendo infiel al SEÑOR.
23 Hizo sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, pensando así: «Los dioses de los sirios los ayudaron a ellos, también a mí me ayudarán si les ofrezco sacrificios». Pero esos dioses fueron la causa de su ruina y la de todo Israel.
24 Acaz juntó todos los artículos usados en el templo de Dios, los rompió en pedazos, cerró las puertas del templo del SEÑOR y mandó hacer altares en cada esquina de Jerusalén.
25 En cada ciudad de Judá, Acaz hizo santuarios paganos donde quemar incienso a otros dioses, haciendo enojar así al SEÑOR, Dios de sus antepasados.
26 El resto de los hechos y todo lo que hizo, de principio a fin, está escrito en El libro de los reyes de Judá y de Israel.
27 Acaz murió y fue sepultado con sus antepasados en Jerusalén pero no lo pusieron en el panteón de los reyes de Israel. Su hijo Ezequías reinó en su lugar.