2 Crónicas 34:8-14 PDT

8 En el año dieciocho de su reinado, Josías, después de haber purificado el país y el templo, mandó a Safán hijo de Asalías, a Maseías, el alcalde de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, el secretario real, a reparar el templo del SEÑOR su Dios.

9 Ellos fueron a ver al sumo sacerdote Jilquías y le dieron el dinero que había sido recolectado en el templo de Dios y que los levitas porteros del templo habían recibido de la gente de Manasés y Efraín, del resto que había quedado de Israel, Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén.

10 Les entregaron el dinero a los supervisores encargados del templo del SEÑOR y con eso ellos pagaban a los obreros que trabajaban en las obras de reparación y restauración del templo del SEÑOR.

11 Pagaron a los carpinteros y constructores para que compraran piedra de cantera y madera para la armazón y las vigas de los edificios que los reyes de Judá habían dejado deteriorar.

12 Estos hombres hicieron el trabajo con fidelidad. Los que estaban a cargo de ellos eran los levitas Yajat y Abdías, descendientes del grupo familiar de Merari, y Zacarías y Mesulán, descendientes del grupo familiar de Coat. Los levitas que eran expertos en tocar instrumentos musicales

13 estaban también encargados de supervisar a los que transportaban los materiales y a todo el que trabajaba en la obra, sin importar su tarea. Entre los levitas había cronistas, funcionarios y porteros.

14 Cuando sacaban el dinero que había sido llevado al templo del SEÑOR, el sacerdote Jilquías encontró el libro de la ley del SEÑOR, dado por intermedio de Moisés.