2 Reyes 10:5-11 PDT

5 Entonces el administrador del palacio de Acab, el gobernador de la ciudad, los ancianos líderes y los que tenían a cargo a los hijos del rey mandaron este mensaje a Jehú: «Somos sus siervos y haremos lo que usted diga. No vamos a declarar rey a nadie, así que haz lo que consideres mejor».

6 Entonces Jehú les escribió otra carta: «Si me apoyan y me obedecen, córtenles la cabeza a los hijos de Acab y tráiganmelas a Jezrel mañana a esta hora». Acab tenía setenta hijos, los cuales estaban a cargo de los líderes de la ciudad que los habían criado.

7 Cuando los líderes recibieron la carta, agarraron a los hijos del rey y los mataron a todos. Luego pusieron las cabezas en unos canastos y se las mandaron a Jehú que estaba en Jezrel.

8 Un mensajero llegó a donde estaba Jehú y le dijo: —Han traído las cabezas de los hijos del rey. Entonces Jehú dijo: —Pónganlas en dos montones en la puerta de la ciudad y déjenlas ahí hasta la mañana.

9 Al día siguiente Jehú salió y le dijo al pueblo: —Ustedes son inocentes. Miren, yo hice planes en contra de mi señor y lo maté pero, ¿quién mató a todos estos hijos de Acab?

10 Sepan bien que todo lo que el SEÑOR dice, ocurre. El SEÑOR dijo de antemano por medio de Elías lo que le iba a suceder a la familia de Acab. Así que el SEÑOR ha hecho lo que dijo que iba a suceder.

11 Entonces Jehú mató a todos los familiares de Acab que vivían en Jezrel, a toda su gente importante, a sus amigos y sus sacerdotes. No dejó con vida a ninguno de los que apoyaba a Acab.