3 Durante el año dieciocho del reinado de Josías, él mandó al cronista Safán, hijo de Asalías y nieto de Mesulán, al templo del SEÑOR. Le dijo:
4 «Ve a ver al sumo sacerdote Jilquías y dile que tome el dinero que ha sido llevado al templo del SEÑOR y que los porteros han recolectado de la gente.
5 Que se lo entregue a los encargados de supervisar los trabajos de reparación del templo del SEÑOR para que ellos paguen a los obreros que hacen la obra de reparación del edificio del templo del SEÑOR;
6 que les paguen a los carpinteros, los constructores, los albañiles y que compren madera y piedra de cantería para reconstruir el templo.
7 No tienen que decirles que rindan cuentas por lo que se les entrega porque son gente que actúa con honestidad».
8 El sumo sacerdote Jilquías le dijo al cronista Safán: «Encontré el libro de la ley en el templo del SEÑOR». Se lo entregó, Safán lo leyó
9 y se fue a ver al rey Josías para informarle lo siguiente: —Tus siervos juntaron todo el dinero que estaba en el templo y se lo entregaron a los que hacen el trabajo en el templo del SEÑOR.