4 Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los demás sacerdotes y a los porteros, que sacaran del templo del SEÑOR todos los objetos que se hicieron en honor de Baal, Aserá y las estrellas del cielo. Entonces Josías quemó todo eso fuera de Jerusalén en los campos del valle del Cedrón y se llevaron las cenizas a Betel.