20 Al día siguiente a la hora del sacrificio matutino, comenzó a correr agua desde Edom y llenó todo el valle.
21 Los moabitas escucharon que los reyes habían salido para pelear con ellos. Por eso reunieron a todos los hombres en edad de cumplir el servicio militar y esperaron en la frontera.
22 Cuando los moabitas se levantaron a la madrugada, salió el sol y el reflejo del agua parecía sangre.
23 Los moabitas dijeron: «¡Miren, sangre! Los reyes debieron haberse atacado entre sí y haberse destruido. Ahora todo lo suyo será nuestro botín de guerra».
24 Los moabitas se acercaron al campamento israelita, pero los israelitas contraatacaron y los moabitas huyeron. Entonces los israelitas persiguieron a los moabitas y acabaron con ellos.
25 Destruyeron sus ciudades, tiraron piedras en la tierra de cultivo, taparon los pozos de agua y cortaron todos los buenos árboles. Siguieron peleando por todo el país, rodearon a Quir Jaréset y atacaron la ciudad.
26 El rey de Moab vio que la batalla iba de mal en peor, así que tomó a setecientos hombres con espadas para abrir una brecha y atentar contra el rey de Edom, pero fracasó.