16 Jorán estaba descansando en Jezrel, así que Jehú subió a su carro y se fue hasta Jezrel. Ocozías, rey de Judá, también había ido a Jezrel para ver a Jorán.
17 Un guarda estaba parado en la torre de Jezrel. Cuando vio acercarse al grupo de Jehú, avisó: —¡Viene mucha gente! Entonces Jorán dijo: —Manden a su encuentro un mensajero a caballo para averiguar si vienen en son de paz.
18 Así que el mensajero fue al encuentro de Jehú y le dijo: —El rey Jorán te pregunta: “¿Vienes en son de paz?” Jehú le dijo: —A ti no te concierne si vengo en son de paz. Ven y sígueme. El guarda le avisó a Jorán: —El mensajero salió al encuentro del grupo, pero no regresó.
19 Entonces Jorán mandó un segundo mensajero a caballo. Se acercó al grupo de Jehú y les dijo: —El rey Jorán dice: “Paz”. Jehú contestó: —A ti no te concierne si vengo en son de paz. Ven y sígueme.
20 El guarda avisó a Jorán: —El segundo mensajero no ha vuelto. Hay un hombre manejando un carro como loco, a la manera de Jehú hijo de Nimsi.
21 Jorán dijo: —¡Tráiganme el carro! Así que los siervos trajeron el carro de Jorán. Tanto Jorán, rey de Israel, como Ocozías, rey de Judá, subieron a sus carros y salieron al encuentro de Jehú. Se encontraron con Jehú en la propiedad de Nabot de Jezrel.
22 Jorán vio a Jehú y le preguntó: —¿Vienes en son de paz, Jehú? Jehú contestó: —No hay paz mientras tu mamá Jezabel siga cometiendo prostitución y brujería.