21 Jorán dijo: —¡Tráiganme el carro! Así que los siervos trajeron el carro de Jorán. Tanto Jorán, rey de Israel, como Ocozías, rey de Judá, subieron a sus carros y salieron al encuentro de Jehú. Se encontraron con Jehú en la propiedad de Nabot de Jezrel.
22 Jorán vio a Jehú y le preguntó: —¿Vienes en son de paz, Jehú? Jehú contestó: —No hay paz mientras tu mamá Jezabel siga cometiendo prostitución y brujería.
23 Jorán se dio media vuelta para escapar y le dijo a Ocozías: —¡Traición, Ocozías!
24 Pero Jehú agarró su arco y le disparó a Jorán en la espalda, penetrando su corazón. Jorán cayó muerto en su carro.
25 Jehú le dijo a Bidcar, el oficial ayudante que manejaba su carro: —Lleva el cuerpo de Jorán y tíralo al viñedo de Nabot de Jezrel. Recuerda que cuando tú y yo cabalgábamos con su papá Acab, el SEÑOR dijo que eso iba a ocurrir.
26 El SEÑOR dijo: “Ayer vi la sangre de Nabot y sus hijos, y así castigaré a Acab en este campo, dijo el SEÑOR”. Así que lleva el cuerpo de Jorán y tíralo en el campo, tal como dijo el SEÑOR.
27 Cuando Ocozías, rey de Judá, vio todo esto, intentó escapar por la casa del jardín, pero Jehú lo persiguió, diciendo: —¡Mátenlo también a él! Hirieron a Ocozías mientras este huía en su carro en el camino hacia Gur cerca de Ibleam. Alcanzó a llegar a Meguido, pero allí murió.