8 Los amonitas se alistaron para la batalla y avanzaron hacia la entrada de la ciudad. Los sirios de Sobá y Rejob y los hombres de Tob y Macá se colocaron aparte en campo abierto.
9 Al verse con enemigos por el frente y por la retaguardia, Joab eligió a las mejores tropas israelitas y las formó para combatir a los sirios.
10 Luego encargó los demás hombres a su hermano Abisay para que enfrentaran a los amonitas.
11 Joab le dijo a Abisay: «Si los sirios son más fuertes que yo, ven en mi ayuda. Si son más fuertes que tú, yo iré en tu ayuda.
12 Esfuérzate y luchemos con valentía por nuestro pueblo y las ciudades de nuestro Dios y que SEÑOR haga su voluntad».
13 Entonces Joab y sus hombres atacaron a los sirios, quienes huyeron de ellos.
14 Al ver que los sirios huían, los amonitas huyeron de Abisay y regresaron a su ciudad. Así, Joab suspendió la batalla y regresó a Jerusalén.