15 Le digo esto a Su Majestad porque la gente me atemoriza. Pensé para mí misma: “Me acercaré al rey, y tal vez él me ayude.
16 El rey me ayudará y me librará del hombre que quiere matar a mi hijo y también a mí. Ese hombre sólo quiere alejarnos de lo que Dios nos dio”.
17 Su Majestad me hará descansar porque Su Majestad es como un ángel de Dios. Su Majestad sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, y el SEÑOR su Dios lo acompaña.
18 El rey le dijo a la mujer: —Ahora debes decirme una cosa. La mujer dijo: —Dígame.
19 El rey le dijo: —¿Te envió Joab a decirme todo esto? La mujer contestó: —Juro por Su Majestad que está en lo cierto, su siervo Joab me envió.
20 Lo hizo para que usted viera las cosas de modo diferente. Su Majestad es tan sabio como los ángeles de Dios y sabe todo lo que sucede en el país.
21 El rey le dijo a Joab: —Cumpliré mi promesa, tráeme ahora a Absalón.