24 Pero el rey David ordenó: «Absalón puede regresar a su casa, pero que no venga a verme». Así que Absalón regresó a su casa, pero no pudo ir a ver al rey.
25 La gente hablaba de lo bien parecido que era Absalón, pues no había israelita más apuesto que él. Era perfecto de pies a cabeza.
26 Absalón se cortó el pelo al fin del año y su cabellera pesó dos kilos.
27 Absalón tenía tres hijos y una hija. Su hija era muy bella y se llamaba Tamar.
28 Absalón vivió en Jerusalén durante dos años sin permitírsele ver al rey David.
29 Absalón mandó preguntarle a Joab si podía ir a ver al rey, pero Joab se negó a ir a hablar con él. Entonces Absalón envió otro mensaje, pero de nuevo Joab se negó a hablar con él.
30 Entonces Absalón les dijo a sus siervos: «Miren, Joab ha sembrado cebada en el campo que tiene junto al mío. Vayan y préndanle fuego». Los siervos de Absalón fueron y le prendieron fuego al campo de Joab.