10 pero envió espías a todas las tribus de Israel para que les dijeran: «Cuando oigan la trompeta, digan: “¡Absalón es rey en Hebrón!”»
11 Absalón invitó a doscientos hombres para que fueran con él, pero ellos no sabían los planes de Absalón.
12 Cuando Absalón ofrecía sacrificios, mandó llamar a Ajitofel, uno de los consejeros de David que era del pueblo de Guiló. Así la conspiración de Absalón fue tomando forma y más gente lo apoyaba.
13 Un mensajero le dio la noticia a David: —El pueblo de Israel está siguiendo a Absalón.
14 Entonces David les dijo a los oficiales que se habían quedado con él en Jerusalén: —¡Vámonos, huyamos de aquí! Absalón no dejará a nadie vivo. Démonos prisa, porque si nos alcanza nos matará a todos y destruirá a Jerusalén.
15 Los oficiales del rey le dijeron: —Como ordene Su Majestad.
16 El rey David salió con toda la gente de su casa. Sólo dejó a diez de sus concubinas a cargo de la casa.