24 Sadoc y los levitas que iban con él llevaban el cofre del pacto. Lo dejaron reposar un rato en el suelo para que Abiatar orara hasta que todo el pueblo saliera de Jerusalén.
25 El rey le dijo a Sadoc: —Devuelve el cofre de Dios a Jerusalén. Si el SEÑOR quiere, él permitirá que yo regrese y vea su templo.
26 Pero si dice que no soy de su agrado, entonces él hará conmigo lo que bien le parezca.
27 También el rey le dijo a Sadoc: —Escúchame, regresa a la ciudad en paz. Lleva contigo a tu hijo Ajimaz y a Jonatán hijo de Abiatar.
28 Te esperaré cerca del cruce del río que lleva al desierto hasta que sepa de ti.
29 Así que Sadoc y Abiatar devolvieron el cofre del pacto a Jerusalén y se quedaron allí.
30 David subió al Monte de los Olivos llorando, con la cara cubierta y los pies descalzos. Todos los que estaban con David también se cubrieron la cabeza y acompañaron a David en su llanto.