47 »¡El SEÑOR vive! ¡Bendita sea mi roca! Alabado sea Dios mi Salvador.
48 Dios castiga a mis enemigos y los pone bajo mi control.
49 Él me salva de mi enemigo, me ayuda a vencer a los que me atacan. Me salva del cruel enemigo.
50 Por eso alabo al SEÑOR y adoro su nombre en todas partes.