7 Esto fue lo que me mostró: Dios estaba de pie junto a una pared de hojalata y sostenía en la mano un pedazo de la hojalata.
8 Entonces el SEÑOR me dijo: —Amós, ¿qué ves aquí? Yo respondí: —Veo hojalata. Y él me dijo: —Mira, he puesto sufrimiento en medio de mi pueblo Israel porque no les pasaré ni una más.
9 Los santuarios de Isaac serán destruidos, los santuarios de Israel quedarán en ruinas, y yo mismo atacaré con espada a la dinastía de Jeroboán.
10 Amasías, el sacerdote de Betel, envió este mensaje a Jeroboán, rey de Israel: «Amós planea algo en tu contra en Israel; la gente no aguanta más su mensaje,
11 porque esto es lo que dice: “Jeroboán morirá a espada, y ciertamente la gente de Israel será desterrada”».
12 Amasías también habló con Amós y le dijo: —Fuera de aquí, vidente, vete a Judá, y que allá te mantengan, profetiza allá.
13 Nunca vuelvas a profetizar aquí en Betel, porque este es el lugar sagrado de Jeroboán. Este es santuario del rey y templo nacional.