1 El Señor DIOS me mostró un canasto lleno de fruta madura
2 y me preguntó: —Amós, ¿qué ves aquí? Yo respondí: —Un canasto de fruta madura. Entonces el SEÑOR me dijo: —Llegó el fin de mi pueblo de Israel, no les pasaré ni una más.
3 El Señor DIOS dice: “En ese momento los cantos del templo se convertirán en tristes lamentos de funeral, habrá muchos cadáveres y los arrojarán por todas partes. ¡Así que hagan silencio!”
4 ¡Escúchenme bien!, ustedes que se aprovechan de los necesitados y arruinan a los pobres del país.
5 Ustedes dicen: «Ojalá pase rápido la fiesta de Luna nueva para poder vender el grano. Ojalá pase rápido el día de descanso para poder vender el trigo. Vamos a alterar las medidas, aumentar los precios, falsear las pesas y así estafar a los compradores.
6 Compraremos a los pobres por un poco de dinero, y a los necesitados a cambio de un par de sandalias. También vamos a vender hasta los desechos del trigo».
7 El SEÑOR ha jurado por el orgullo de Jacob: «Nunca olvidaré toda la maldad de esta gente.