2 Mi amado fue a su jardín de flores perfumadas. Él fue a descansar en los jardines y a recoger lirios.
3 Yo le pertenezco a mi amado y él me pertenece a mí. Él descansa entre los lirios.
4 Amada mía, eres tan hermosa como Tirsa, encantadora como Jerusalén, imponente como un ejército con las banderas al viento.
5 No me mires, porque tus ojos me alteran demasiado. Tu cabello es largo y ondulado, cae como un rebaño de cabras que baja por los montes de Galaad.
6 Tus dientes son blancos como ovejas esquiladas que acaban de bañarse. Todas tienen gemelos, no falta ni una.
7 Tus mejillas bajo tu velo parecen cortes de granada.
8 Aunque haya sesenta reinas, ochenta concubinas e infinidad de mujeres,