2 Te llevaría a casa de mi mamá, al cuarto de la que me dio a luz; y allí te daría a beber vino fragante, mi dulce jugo de granada.
3 Él coloca uno de sus brazos bajo mi cabeza y con el otro me abraza.
4 Mujeres de Jerusalén, júrenme por lo que más quieran, que no molestarán al amor, que no lo despertarán hasta que sea el momento indicado.
5 ¿Quién es esa mujer que sube del desierto apoyada en su amado? Debajo del manzano te desperté, allí donde tu madre te concibió, allí donde te dio a luz.
6 Llévame grabada en tu corazón como un tatuaje; llévame como un tatuaje grabada en tu piel. El amor es más fuerte que la muerte y la pasión más fuerte que el sepulcro. Sus destellos son de fuego, como una llama divina.
7 Nada puede acabar con el amor, nada puede destruirlo. Si un hombre ofreciera toda su fortuna para comprar el amor, la gente lo despreciaría.
8 Tenemos una hermana pequeña, aún es una niña. ¿Qué debemos hacer cuando los hombres empiecen a cortejarla?