2 Me siento muy orgulloso de poder contarles todas las señales y milagros que el Dios altísimo ha hecho en mi vida.
3 ¡Qué grandes son sus señales, qué maravillosos son sus milagros! El reino de Dios es eterno y su poder continuará de generación en generación.
4 Yo, Nabucodonosor, estaba descansando tranquilo en mi palacio,
5 y tuve un sueño que me asustó mucho y las fantasías que pasaron por mi mente me aterraron.
6 Así que ordené que trajeran a todos los sabios de Babilonia para que interpretaran mi sueño.
7 Cuando llegaron los adivinos, hechiceros, magos y caldeos, les conté el sueño pero ellos no pudieron decirme lo que significaba.
8 Finalmente llegó Daniel, quien también es llamado Baltasar en honor a mi dios. El espíritu de los santos dioses vive en él. Y esto fue lo que le dije de mi sueño: