1 »El SEÑOR tu Dios destruirá a las naciones que están en la tierra que el SEÑOR te da. Expulsarás a sus habitantes y te establecerás en sus ciudades y en sus casas.
2 Cuando hagas esto, debes separar tres ciudades de en medio de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como propiedad.
3 Dividirás en tres partes la tierra que el SEÑOR te da como herencia y arreglarás el camino que conduce hacia ellas para que cualquiera que mate a alguien pueda ir a refugiarse a ellas.
4 »Esta es la ley para la gente que mate a alguien y vaya allí para salvar la vida, o sea para el que mate a otro por accidente. No puede haber odiado antes a la víctima.
5 Por ejemplo, si alguna persona va con alguien al bosque a cortar leña, y al levantar su hacha para cortar un árbol la cabeza del hacha se sale del mango, le pega a la otra persona y la mata, el que la mató puede huir a una de esas ciudades para salvar su vida.
6 De otra manera, si la distancia a la ciudad es muy larga, el pariente del muerto podría, estando muy enojado, perseguir al asesino, agarrarlo y matarlo, a pesar que no merecía la muerte porque no había odiado antes al difunto.