2 Luego el SEÑOR me dijo:
3 “Ustedes han estado caminando por esta región montañosa lo suficiente, vayan ahora al norte.
4 Luego dale estas órdenes al pueblo: Ustedes están pasando por el territorio de sus hermanos, los descendientes de Esaú, que están viviendo en Seír. Ellos están temerosos de ustedes.
5 No los provoquen porque yo no les daré ni un palmo de tierra de ellos, porque yo le di a Esaú la región montañosa de Seír como su propiedad.
6 Para alimentarse ustedes, cómprenles trigo, e incluso páguenles el agua que ustedes consuman.
7 Recuerden que nunca les ha faltado nada porque el SEÑOR su Dios los ha bendecido a ustedes en todo lo que han hecho. Dios los cuidó mientras recorrían este gran desierto, y durante los últimos cuarenta años el SEÑOR ha estado con ustedes”.
8 »Entonces nos alejamos de la tierra de nuestros parientes, los descendientes de Esaú, que vivían en Seír, del camino de Arabá, de Elat y de Ezión Guéber, y tomamos entonces el camino hacia el desierto de Moab.