23 El cielo sobre tu cabeza será como el bronce y la tierra bajo tus pies será dura como el hierro por la sequía.
24 El SEÑOR hará que la lluvia para tu tierra sea arena y polvo, los cuales caerán sobre ti desde el cielo hasta destruirte.
25 »El SEÑOR permitirá que seas derrotado por tus enemigos. Saldrás en contra de ellos en una dirección, pero huirás de ellos en siete direcciones. Toda la gente en la tierra sentirá temor al ver todo el mal que te suceda.
26 Tu cadáver se convertirá en comida para toda ave en el cielo y todo animal en la tierra, y no habrá nadie que los ahuyente.
27 »El SEÑOR te castigará con llagas como a los egipcios; tumores, sarna y tiña, enfermedades de las que no podrás sanar.
28 El SEÑOR te castigará volviéndote loco, ciego y confuso.
29 Andarás a tientas de día como un ciego en la oscuridad, y fracasarás en todo lo que hagas. Serás oprimido y robado constantemente y no habrá nadie que te salve.