12 Podrás comer todo lo que quieras y construirás buenas casas y vivirás en ellas.
13 Tu ganado y rebaños se multiplicarán, tu oro y plata aumentarán, y todo lo que tienes se multiplicará.
14 Cuando eso ocurra, ten cuidado de no volverte orgulloso y olvidar al SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, un lugar de esclavitud.
15 Él es quien te guió en este desierto grande y terrible, lleno de serpientes y escorpiones venenosos; una tierra seca donde no había agua. Él es quien hizo salir agua de la roca sólida para ti.
16 Él es quien te alimentó con maná en el desierto, maná que tus antepasados no conocieron. Lo hizo para humillarte y ponerte a prueba, y al final prosperarte.
17 Ten cuidado de no decirte a ti mismo: “Mi fuerza y mi propio poder han obtenido esta riqueza para mí”.
18 Más bien recuerda al SEÑOR tu Dios, porque él es quien te da el poder para obtener riqueza, cumpliendo así como lo está haciendo hoy, el pacto que les prometió a tus antepasados.