15 Entonces pensé: «Si el tonto termina igual que yo, ¿de qué sirve la sabiduría? ¿Qué he ganado con esforzarme tanto por ser sabio?» Me di cuenta de que eso tampoco tiene sentido.
16 Tanto el sabio como el tonto van a morir y nadie se acordará de ninguno de ellos. En el futuro, la gente se olvidará de todo lo que hicieron, así que tanto el sabio como el tonto vienen a ser lo mismo.
17 Eso me hizo odiar la vida, me dio mucha tristeza pensar que nada de lo que pasa bajo el sol tiene mucho sentido. Es como tratar de atrapar el viento.
18 Odié todo el trabajo que había hecho bajo el sol, pues al fin y al cabo todo eso tendría que dejárselo a mi sucesor.
19 Y pensé: «¿Quién sabe si ese va a ser un sabio o un tonto? Y será dueño de todo lo que conseguí con tanto trabajo y sabiduría. Eso tampoco tiene sentido».
20 Así que me deprimí mucho al pensar en todo el trabajo que había hecho bajo el sol,
21 porque uno trabaja con sabiduría, entendimiento y dedicación para finalmente dejárselo al que no trabajó para conseguirlo. Eso está muy mal y no tiene sentido.