Esdras 6:5-11 PDT

5 Los objetos de oro y plata del templo de Dios que Nabucodonosor sacó y llevó a Babilonia deben ser devueltos a su lugar en el templo de Dios en Jerusalén.

6 Después de leer el pergamino, el rey Darío dio esta orden a Tatenay, gobernador de la provincia al occidente del río Éufrates, a Setar Bosnay y a todos los funcionarios que viven en esa provincia: Aléjense de Jerusalén.

7 No molesten a los trabajadores ni traten de detener los trabajos en el templo de Dios. Dejen que el gobernador judío y los líderes judíos lo reconstruyan en el mismo lugar en el que estaba antes.

8 Esto es lo que les ordeno que hagan para los líderes judíos que están reconstruyendo el templo de Dios: el costo de la construcción debe ser pagado en su totalidad de la tesorería del rey. Ese dinero saldrá de los impuestos recaudados en las provincias del área al occidente del río Éufrates. Obedezcan esta orden rápidamente para que no se detengan los trabajos.

9 Denles a ellos todos los terneros, carneros, o corderos que necesiten para ofrecer sacrificios al Dios del cielo. Igualmente, si los sacerdotes de Jerusalén necesitan trigo, sal, vino o aceite, entréguenselos todos los días sin falta

10 para que ofrezcan sacrificios al Dios del Cielo y rueguen por la vida del rey y la de sus hijos.

11 También, les doy esta orden: Si alguien llega a desobedecer mis órdenes, que quiten una viga de su casa y claven su cuerpo con ella. Su casa será destruida hasta que quede convertida en un simple montón de piedras.