20 Pero el SEÑOR hizo que el faraón volviera a ponerse terco y no dejara que se fuera el pueblo de Israel.
21 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: —Extiende tu brazo hacia el cielo para que haya sobre Egipto una oscuridad tan densa que hasta se podrá tocar.
22 Entonces Moisés extendió su mano hacia el cielo y una nube de oscuridad cubrió Egipto durante tres días.
23 Las personas no se podían ver unas a otras y nadie se levantó de su lugar durante tres días. En cambio, todos los israelitas sí tenían luz en sus casas.
24 El faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: —Vayan y adoren al SEÑOR. Sus hijos pueden acompañarlos pero no les permito llevarse sus ovejas ni su ganado.
25 Pero Moisés dijo: —Tienes que dejarnos llevar nuestros animales para que así tengamos con qué hacer sacrificios al SEÑOR nuestro Dios.
26 Lo llevaremos; no vamos a dejar ni una sola cabeza de ganado. No sabemos exactamente qué necesitamos llevar para adorar al SEÑOR nuestro Dios, sólo sabremos con qué adorar al SEÑOR cuando lleguemos allá.