3 Entonces Moisés y Aarón fueron ante el faraón y le dijeron: —El SEÑOR, Dios de los hebreos te manda decir: “¿Cuánto tiempo más vas a seguir negándote a obedecerme? Deja libre a mi pueblo para que me adore.
4 Si no aceptas librarlos, mañana voy a hacer que vengan langostas a tu país.
5 Las langostas van a cubrir toda la superficie de la tierra y nadie podrá ver el suelo. Se comerán lo poco que les quedó después de las granizadas y también se comerán todos los árboles que crezcan en el campo.
6 Invadirán tus casas, las casas de tus servidores y todas las casas de Egipto. Tus padres y abuelos nunca han visto algo parecido en toda su vida”. Luego Moisés dio media vuelta y dejó al faraón.
7 Los servidores del faraón le dijeron: —¿Hasta cuándo va a causar problemas este hombre? Deje libre a ese pueblo para que pueda ir a adorar al SEÑOR su Dios. ¿Todavía no se da cuenta de que Egipto está destruido?
8 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: —Vayan a adorar al SEÑOR su Dios pero antes díganme quiénes van a ir.
9 Moisés dijo: —Vamos a ir todos nosotros. Vamos a llevar a nuestros hijos, nuestras hijas, nuestras ovejas y nuestro ganado. Todos tenemos que celebrar la fiesta del SEÑOR.