8 Entonces el SEÑOR me dijo:
9 «Hijo de hombre, profetiza y di que así dice el Señor: »Se ha afilado la espada, y también se le ha pulido.
10 He afilado una espada para matar. La pulí para que brille como un rayo. Hijo mío, despreciaste la vara que usé para castigarte. No quisiste recibir tus golpes con los golpes de una rama.
11 Se ha pulido para que la mano lo sostenga con firmeza. Se ha afilado para la mano del asesino.
12 Hijo de hombre, llora y grita porque la espada está entre mi pueblo y entre los líderes de Israel. Los que serán heridos por la espada están entre mi pueblo. Así que muestra tu angustia.
13 Pues este es un desafío; tú no quisiste recibir el castigo con una vara de madera. Entonces, ¿con qué vengo a castigarte ahora? ¿Con la espada? El Señor DIOS lo afirma.
14 »En cuanto a ti, hijo de hombre, profetiza y aplaude. Desenfunda la espada dos veces, tres veces vuelve a desenfundar. ¡Cuántos cuerpos! La espada de esta masacre traspasa cuerpo tras cuerpo.