1 El SEÑOR me dijo:
2 «Hijo de hombre, háblale a tu pueblo y dile: “Cuando traigo al enemigo contra una nación, el pueblo nombra a uno de los suyos para que haga guardia.
3 Si este ve que el enemigo se acerca, toca la trompeta para advertir al pueblo.
4 Si alguien oye la advertencia de la trompeta y la ignora, entonces será responsable de su propia muerte cuando venga el enemigo
5 porque oyó el sonido de advertencia de la trompeta pero la ignoró, así que es su culpa.
6 Si un guardia ve al enemigo que se acerca pero no toca la trompeta para advertir al pueblo, entonces el enemigo vendrá y los matará. Ellos morirán por sus pecados, pero el guardia será responsable de que hayan muerto”.
7 »Pues a ti, hombre, te he puesto como guardián del pueblo de Israel. Así que cuando oigas un mensaje de parte mía, debes advertirles.