17 «Hijo de hombre, cuando el pueblo de Israel vivió en su tierra, la profanaron con su manera de vivir y sus hechos. Para mí la manera en la que vivían era como el período de menstruación de la mujer, el cual la hace impura.
18 Así que descargué todo mi enojo sobre ellos por la sangre que derramaron y por los repugnantes ídolos con los que profanaron.
19 Entonces los juzgué por su manera de vivir y por sus hechos malvados, los esparcí entre las demás naciones y los hice extranjeros en otros países.
20 Pero estando entre las otras naciones, también profanaron mi santo nombre. Esto sucedía cuando la gente les decía: “Ellos son el pueblo del SEÑOR, ¿por qué entonces salieron de su tierra?”
21 Entonces me preocupé de mi nombre, el cual el pueblo de Israel había profanado entre las naciones a donde habían ido.
22 »Por lo tanto, dile al pueblo de Israel que así dice el Señor DIOS: Pueblo de Israel, no te hice una nación por ustedes sino por mi nombre santo, el cual ustedes han profanado entre las naciones a donde han ido.
23 Así que volveré a santificar mi nombre santo que ha sido profanado entre las naciones, es decir que ustedes profanaron entre ellas. Y entonces, cuando santifique mi nombre, las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR. Es lo que dice el Señor DIOS. Esto sucederá cuando me traten de la manera digna en que debo ser tratado frente a esas naciones.