12 Ha llegado la hora, les toca el día. Que no se alegre el que compra ni se entristezca el que vende, porque la ira de Dios se desatará contra todos, y el vendedor no podrá regresar a la tierra que vendió.
13 El vendedor no volverá a su propiedad, aunque el vendedor y el comprador estén vivos. La visión es para todo el pueblo; no será anulada. No se mantendrá firme ninguno que practique el pecado.
14 »Aunque toquen la trompeta, no se prepararán ni irán a la batalla, porque yo mostraré mi ira contra la multitud.
15 Afuera de la ciudad se encuentra el enemigo, mientras adentro están la peste y el hambre. Los que estén en los campos morirán a filo de espada. Los que estén en la ciudad morirán por la peste y el hambre.
16 Los sobrevivientes escaparán y huirán a los montes. Como palomas del valle, cada quien llorará por su pecado.
17 Del susto caerán sus brazos y se orinarán, mojándose así las rodillas.
18 Se vestirán de luto y temblarán de miedo. Avergonzados, todos se lamentarán.