8 y le dijo: —Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y para dónde vas? Y ella respondió: —Estoy huyendo de mi señora Saray.
9 Después el ángel del SEÑOR le dijo: —Regresa a tu señora y sométete a su autoridad.
10 Además el ángel del SEÑOR le dijo: —Multiplicaré a tus hijos grandemente, tanto que no podrán contarse.
11 El ángel del SEÑOR también le dijo: —Ahora que estás embarazada, darás a luz a un hijo al que llamarás Ismael ya que el SEÑOR ha escuchado tu tristeza.
12 Será tan libre como un asno salvaje. Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él. Vivirá en desacuerdo con todos sus hermanos.
13 Como el SEÑOR le había hablado, ella le puso por nombre: «Eres el Dios que me ve», porque como ella dijo: «En realidad he visto aquí a Aquel que me ve».
14 Por eso, esa fuente fue llamada «Pozo del Ser Viviente que me ve», y todavía está ahí, entre Cades y Béred.