8 Cuando Isaac llevaba ya mucho tiempo viviendo ahí, mientras el rey Abimélec de los filisteos miraba por una ventana, vio a Isaac acariciando a su esposa Rebeca.
9 Abimélec llamó a Isaac y le dijo: —¡Esa mujer es tu esposa! ¿Por qué dijiste que era tu hermana? Isaac le respondió: —Porque pensé que ustedes me matarían para quedarse con ella.
10 Abimélec dijo: —¿Qué es lo que has hecho? Fácilmente alguien se podía haber acostado con tu mujer, y tú nos habrías hecho pecar.
11 Luego Abimélec le ordenó a toda su gente: —El que llegue a tocar a ese hombre o a su esposa será ejecutado.
12 Isaac sembró semilla en esas tierras y en ese mismo año reunió una cosecha cien veces mayor. El SEÑOR lo bendijo
13 y él se convirtió en un hombre rico. Luego progresó tanto que llegó a tener muchas posesiones.
14 Tenía tantas ovejas, ganado y esclavos que les dio envidia a los filisteos.