23 Después de que los hizo atravesar el río, mandó también con ellos todas sus posesiones.
24 Jacob se quedó solo y entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer.
25 Cuando el hombre se dio cuenta de que no podía derrotar a Jacob, lo golpeó en la unión de la pierna con la cadera, y esa parte se le dislocó.
26 Luego el hombre le dijo: —Déjame ir, que ya está amaneciendo. Pero Jacob dijo: —No te dejaré ir a menos que me des tu bendición.
27 El hombre le pregunto: —¿Cómo te llamas? Y Jacob respondió: —Jacob.
28 Después el hombre dijo: —De ahora en adelante no te llamarás Jacob sino Israel, ya que has luchado contra Dios y contra seres humanos, y has ganado.
29 Entonces Jacob preguntó: —Por favor dime cómo te llamas. Pero el hombre le preguntó: —¿Por qué me preguntas cómo me llamo? Y en ese momento el hombre bendijo a Jacob.