4 Abel también llevó las mejores crías de sus ovejas. El SEÑOR aceptó a Abel y a su ofrenda que le trajo,
5 pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Entonces Caín se enojó mucho y se entristeció.
6 El SEÑOR le preguntó: «¿Por qué estás enojado y te ves tan triste?
7 Si tú haces lo bueno yo te aceptaré, pero si haces lo malo, entonces el pecado te estará esperando para atacarte; te quiere dominar pero tú debes dominarlo a él».
8 Caín le dijo a su hermano Abel: «Vayamos al campo». Cuando llegaron, Caín atacó a Abel y lo mató.
9 Luego el SEÑOR le dijo a Caín: —¿Dónde está tu hermano Abel? Caín respondió: —No sé. ¿Acaso es mi deber vigilar a mi hermano?
10 Luego el SEÑOR dijo: —¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano grita desde el suelo pidiendo justicia.