7 Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció pero actuó como si no los conociera. Les habló de una manera muy dura y les preguntó: —¿De dónde vienen? Ellos respondieron: —Venimos de la tierra de Canaán a comprar comida.
8 José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él.
9 José también se acordó de los sueños que había tenido sobre ellos. Les dijo: —Ustedes son espías, han venido a ver cuáles son nuestros puntos débiles.
10 Pero sus hermanos le dijeron: —No, señor. Nosotros, sus siervos, vinimos a comprar comida.
11 Todos somos hijos de un mismo hombre. Somos personas honestas. Nosotros, sus siervos, no somos espías.
12 Entonces José les dijo: —¡No! Ustedes han venido a ver cuáles son nuestros puntos débiles.
13 Ellos dijeron: —¡No! Nosotros, sus siervos, somos doce hermanos, hijos de un hombre en la tierra de Canaán. Nuestro hermano menor está con nuestro papá, y nuestro otro hermano ya murió.